Sabiendo que la corrupción era desenfrenada no solo en Venezuela sino en todo el mundo, y que es el principal factor que erosiona las democracias, el Profesor Robert Carmona-Borjas decidió establecer una organización que pudiera contrarrestar ese problema tan grave. Reconoció que se necesitaban estrategias anticorrupción innovadoras y de "nueva generación" para abordar la corrupción de frente, así como para desarrollar vínculos estrechos con ONG locales y organizaciones de la sociedad civil para empoderar a las personas para preservar la integridad de las instituciones democráticas.

Con eso en mente, el Prof. Carmona-Borjas fundó la Fundación Arcadia, una organización no gubernamental y sin fines de lucro que busca combatir la corrupción y promover la democracia en el mundo. El Prof. Carmona-Borjas ha lanzado varios esfuerzos contra la corrupción a través de la Fundación Arcadia en Honduras, Colombia, Venezuela y Uganda. En Honduras, Arcadia ha registrado un éxito sin precedentes: su trabajo ha ayudado a la rama judicial a responsabilizar a los culpables de sus acciones.