Ante las debilidades de la oposición, es decir, ante su falta de unidad, el régimen ataca y busca oxígeno con un proceso electoral que sabe es ilegal e ilegitimo pero que necesita aprobación internacional, para lo que, por una parte, ha “animado” a algunos partidarios de la cómoda cohabitación, como Henry Falcón para que presente su candidatura, apoyado lamentablemente, por el MAS, un partido que había venido jugando un papel interesante en el proceso hacia la democratización