La visita de Obama a Cuba es definitivamente importante, aunque para muchos se trate más de una visita de negocios que de Estado, signada incluso por el aparentemente inusitado desprecio protocolar de parte del régimen cubano hacia el mandatario estadounidense, en todo caso, un evento central en cualquier cambio que se pueda producir en la Isla que supone, aunque ello no corresponda a la agenda pública o formal.