Pese a las indefiniciones de una dirigencia política opositora no tan unida como se requiere que a veces parece perder la brújula; y en medio de especulaciones muchas veces inconvenientes, nos acercamos al cambio de régimen y de sistema, lo que supone un proceso de transición en el que todos los partidos y sectores jugarán un papel fundamental para lograr la reconciliación y evitar una confrontación extrema que pueda desvirtuar y debilitar ese cambio.